La situación en Cataluña se coló ayer en la campaña de las elecciones andaluzas. Hasta ahora, cada vez que se hablaba de Cataluña era en relación al desafío independentista y el «silencio» de Susana Díaz, pero los sucesos del pasado miércoles y la creciente tensión social, motivó ayer que el presidente del PP, Pablo Casado, reclamara desde Málaga la aplicación del artículo 155 de la Constitución de «inmediato» y «sin complejos».
Las protestas sociales han desbordado por completo al presidente de la Generalitat, Quim Torra, centrado en el «procés». Casado entiende que al sucesor de Puigdemont «se le ha ido su autonomía de las manos».
Las miras del presidente del PP no se centran en Torra, sino que apunta directamente a la responsabilidad del presidente del Gobierno. No es la primera vez que Casado reclama la aplicación del artículo 155 de la Constitución, reclamación ignorada por Pedro Sánchez. Por eso, propuso una «solución» al jefe del Ejecutivo: «Si no es capaz, que disuelva las Cortes, convoque elecciones y pondremos nosotros orden aprobando el artículo 155 en el primer Consejo de Ministros que tengamos cuando ganemos».
No sería, además, un 155 «suave». Todo lo contrario. Casado advirtió que apuesta por un control de la autonomía catalana mucho mayor, «con la duración que haga falta y con el ámbito competencial que sea necesario, en aspectos educativos, de medios de comunicación públicos, en Instituciones Penitenciarias y también en cuestiones de Interior», es decir, muy distinto al que aplicó Rajoy porque «ni los de Ciudadanos ni los del PSOE nos dejaron entonces», justificó.
Las huelgas en Cataluña han añadido más tensión en la sociedad catalana y suponen una muestra más del agotamiento del proceso independentista, incapaz de solucionar los problemas de la gente. el PP quieren
Acompañado por el presidente de la Fundación Concordia y Libertad del PP, Adolfo Suárez Illana, el líder popular también expuso que el descontento entre los colectivos sociales «ya no son porque España nos roba, ya no es culpa de Madrid, ya no hay un enemigo exterior al que echarle la culpa».
La responsabilidad de esta situación, según el análisis que hacen desde el PP, es compartida entre el Gobierno catalán y el central. El primero porque es «incapaz de responder a los mínimos baremos en asuntos sociales, políticas sanitaria y educativas o respeto a su función pública». Al segundo, porque mira para otro lado mientras el Ejecutivo de Torra «abre embajadas» pese a tener «colapsadas las listas de espera de la sanidad, adoctrinan en los colegios o crean el consejo estatal de la república».
«La Generalitat es un Gobierno fallido, es una autonomía desleal, que lo que están haciendo es malversando las competencias asumidas y sobre todo prevaricando al utilizar sus fondos públicos para el procés en vez de para responder a las demandas de los ciudadanos», sentenció.
