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El Centro Izquierda de España (dCIDE) exige al Gobierno que recupere el control de las instituciones catalanas

El Consejo Nacional del partido Centro Izquierda de España (dCIDE), ha publicado un comunicado en el que se posiciona ante los crueles ataques del terrorismo islamista llevados a cabo en Barcelona y Cambrils, critican la actitud de los gobernantes nacionalistas y exigen al Gobierno que recupere el control de las instituciones catalanas.

El texto del comunicado señala, acusa y denuncia:

A quienes han provocado la muerte y el horror indiscriminado entre los ciudadanos.

A quienes les han inducido y animado a cometer estos crímenes.

A quienes propagan ideas islamistas contrarias a la dignidad e igualdad entre los seres humanos con que justifican estas atrocidades.

A quienes defienden el terror y el asesinato como arma política para imponer sus ideas, su religión y su modo de vida.

A quienes niegan el principio democrático irrenunciable de la libertad de pensamiento, de expresión, de creencias y de conducta.

A quienes no respetan el orden y las leyes democráticas basadas en la defensa de los derechos humanos y, en particular, los derechos de la mujer.

A quienes tratan de justificar esta barbarie mediante argumentos instrumentales como la pobreza, la discriminación, la opresión, la dominación, la venta de armas, la islamofobia o la situación de los palestinos.

 A quienes ocultan el apoyo que dan, o que reciben, de países que colaboran con el terrorismo y lo financian en función de sus intereses económicos y políticos.

A los países occidentales que con una mano hacen negocios con países islamistas que apoyan directa o indirectamente el yihadismo, y con la otra se tapan los ojos y los oídos.

De igual manera, queremos denunciar el modo como los poderes del Estado, del Gobierno Nacional y del Gobierno de la Generalidad, han reaccionado ante esta dolorosa tragedia. No hablamos de errores, improvisaciones o limitaciones que pueden atribuirse a la complejidad y dificultad con que las Fuerzas de Seguridad han de actuar en estos casos. Damos por supuesto que la mayoría de sus miembros actúan con eficacia y profesionalidad, pero sabemos que lo hacen siempre bajo las órdenes y directrices que emanan de los responsables políticos y los mandos policiales.

El mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero.

El comunicado de Centro Izquierda de España apunta su denuncia contra -dice textualmente- estas cúpulas que desde el primer momento se hicieron responsables, no sólo de la actuación de las Fuerzas de Seguridad, sino de la información que recibían los ciudadanos. Dado que el Gobierno Nacional, haciendo dejación de sus funciones, entregó a la Generalidad toda la responsabilidad operativa e informativa, ignorando y subordinando a ella la actuación de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Ministerio del Interior, es a la Generalidad a la que hemos de pedir, en primer lugar, explicaciones y responsabilidades por el desconcierto, las informaciones confusas y contradictorias, los errores y engaños que durante tantos días han propagado y defendido para justificar su torpe actuación, lo que ha acabado por aumentar la alarma social provocada por los propios atentados.

La atención pública se ha desplazado del combate contra el terrorismo islamista hacia la exaltación de los Mozos y su identificación con una Cataluña independiente

La cadena de mentiras, despropósitos, ineficacia, incapacidad, descoordinación, falta de prevención y vigilancia, no hemos de atribuirla a una falta de preparación de los Mozos de Escuadra, sino a una pésima dirección política y operativa a la que sólo preocupó, desde el primer momento, el aprovechar la excepcional atención mediática provocada por los terribles acontecimientos para propagar un relato que sirviera a sus fines políticos. Desde el inicio, y por voz del Presidente de la Generalidad Puigdemont, se transmitió a los ciudadanos que la “Policía de Cataluña” se había hecho cargo en exclusiva de la situación y que estaba actuando con una eficacia inusual, propia de las mejores policías del mundo. La manipulación política asoció esta eficacia inventada, que todos los hechos han contradicho, a la capacidad de Cataluña para gobernarse a sí misma, o sea, para ser independiente. Tan descarada y miserable utilización del dolor y la muerte violenta de ciudadanos indefensos, quedó patente cuando el Consejero del Interior de la Generalidad Joaquim Forn separó a las víctimas catalanas de las víctimas españolas. Toda la atención pública se ha desplazado del combate contra el terrorismo islamista hacia la exaltación de los Mozos y su identificación con una Cataluña autosuficiente, o sea, independiente.

La alcaldesa de Barcelona Ada Colau junto al Rey Felipe VI durante el acto de homenaje a las víctimas del atentado terrorista de las Ramblas de Barcelona

La vergonzosa manifestación en que se abucheó y silbó al Rey, símbolo de todos los españoles, al Gobierno de España y a todos cuantos portaban banderas españolas o pancartas escritas en español, transformando un acto convocado para rechazar el terrorismo, en una exhibición de banderas y consignas independentistas, en una muestra provocadora e intimidatoria de odio y de rechazo a todo lo que se identificara con España, no fue la acción de una minoría de exaltados o “maleducados” (como dijo Albert Rivera), sino el resultado de una minuciosa planificación acorde con todo cuanto se ha hecho desde el primer día para aprovechar la conmocion, desviando cualquier reacción de rabia e inquietud de los catalanes, hacia España y sus símbolos, mostrando así la naturaleza totalitaria, antidemocrática y ruin del independentismo.

Esta manipulación ha llegado a extremos hasta ahora inconcebibles: en lugar de homenajear y dignificar a los muertos y heridos, se ha pasado a consolar a los familiares de los terroristas, invisibilizando y despreciando a las víctimas reales; en lugar de rechazar el terrorismo islamista, la atención se ha centrado en luchar contra la posible propagación de la xenofobia; de prevenir la islamofobia, a propagar, exhibir y justificar la hispanofobia; de defender la labor de todas Fuerzas de Seguridad, a homenajear sólo a los Mozos; de defender a los Mozos, a exaltar la labor de uno de sus responsables convertido en héroe de comic; de alertar sobre el radicalismo islamista y la contaminación de sus principios antidemocráticos, a promover un adanismo paralizante, tan bienintencionado como manipulado, tratando de crear en los ciudadanos una difusa conciencia de culpabilidad que acaba dejándolos indefensos ante la barbarie.

Todos estos efectos perniciosos, y muchos más que podríamos analizar, no son más que una muestra de la perversidad del proyecto secesionista que ha contaminado hasta los sentimientos humanos más nobles, como son la consternación ante el dolor, la empatía con las víctimas, el miedo y la inseguridad que provoca el terrorismo, la necesidad de unirnos ante esta terrible amenaza, el respeto a la muerte, la conciencia de nuestra fragilidad y saber que el hombre puede cometer los actos más atroces, etc. Todo esto ha sido borrado y sustituido por un mezquino y deleznable sentimiento de superioridad, con el que se ha pretendido justificar y hacer avanzar el proceso independentista.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont

Por todo esto, el Centro Izquierda de España (dCIDE) quiere expresar su más firme denuncia y rechazo:

Al Presidente Puigdemont, el Consejero Forn y el Mayor Trapero, responsables políticos directos y visibles de una actuación que no sólo ha sido ineficaz, sino que ha puesto en riesgo la seguridad de los ciudadanos, además de mentir pública y reiteradamente sobre sus contactos con las agencias de inteligencia internacionales, las alertas previas de amenaza terrorista recibidas y el no haber tomado ninguna medida adecuada a pesar de la información cualificada y concreta que recibieron. Por todo ello pedimos su inmediata dimisión. Que continúen en sus cargos, cobrando todos más que el propio Presidente del Gobierno de la Nación, es un insulto a los ciudadanos y contrario a los más elementales principios democráticos.

Al Presidente Rajoy y su Ministro Zoido, por su dejación de funciones, por no haberse puesto al mando de la situación haciéndose responsables de lo que es competencia exclusiva del Estado, la lucha antiterrorista, impidiendo actuar a las Fuerzas de Seguridad expertas y adiestradas para hacer frente a estas situaciones; por no haber elevado al nivel 5 la alerta, tal y como han hecho todos los Gobiernos de Europa en crisis semejantes, plegándose al veto intolerable de la Generalidad que no permitió, por razones políticas, la intervención del Ejército en el control necesario del territorio, lo que sin duda hubiera impedido que el peligroso terrorista de las Ramblas hubiera escapado y permaneciera huido durante más de cuatro días. Los partidos políticos parlamentarios deberían exigir sin dilación explicaciones y responsabilidades políticas, e incluso penales, por estos hechos gravísimos.

Centro Izquierda de España (dCIDE) dirige un llamamiento a todos los ciudadanos para que sean conscientes de la gravedad y el momento crítico por el que España atraviesa

A la alcaldesa Colau y los partidos políticos que la apoyan por no asumir su responsabilidad en la prevención de los atentados, pero también por haber permitido el vergonzoso espectáculo secesionista en que se convirtió una manifestación que sólo debería haber sido una expresión pacífica, unitaria y ordenada del sentimiento de dolor y rechazo antiterrorista. El Ayuntamiento de Barcelona, al encargar la realización de este acto a organizaciones, como la ANC, que declararon su intención propagandística con antelación, consintió y permitió que esa bochornosa manifestación antidemocrática se retransmitiera por todo el mundo, desprestigiando a las máximas instituciones del Estado y ofendiendo a la mayoría de españoles.

A la vista de estos acontecimientos, el Centro Izquierda de España (dCIDE) quiere hacer un llamamiento a todos los ciudadanos para que sean conscientes de la gravedad  y el momento crítico por el que España, como Nación democrática y Estado de Derecho, está atravesando. A la amenaza yihadista se une el proceso de sedición y secesión ya iniciado en Cataluña. La incapacidad del Gobierno de Rajoy, el abandono de Ciudadanos de la beligerancia antinacionalista contra la exclusión cultural, étnica y lingüística (traicionando sus orígenes), la inconsistencia y desorientación del PSOE  plurinacional de Pedro Sánchez y el apoyo al independentismo de Podemos, hacen que la situación se agrave ante la falta de una alternativa capaz de enfrentarse claramente al desmoronamiento del Estado y la pérdida de la unidad e igualdad de todos los españoles. El Centro Izquierda de España nace con la voluntad de encarar esta gravísima crisis institucional, política y social y ofrecer a los ciudadanos una alternativa desde el centro izquierda. Somos la izquierda que ama a España y defiende su unidad como la única garantía del bien común, la convivencia, la igualdad y el restablecimiento del orden constitucional. Por todo ello, y para evitar la repetición de acontecimientos como los que hemos vivido, exigimos:

Que el Estado Nacional recupere el ejercicio real de todas sus competencias exclusivas, especialmente las relacionadas con la seguridad ciudadana y la lucha antiterrorista y las bandas organizadas.

Que el Gobierno Nacional establezca claramente la unidad jerárquica, operativa e informativa de la lucha antiterrorista, controlando desde un solo organismo toda la información que reciba e intercambie con las agencias de inteligencia internacionales, impidiendo que los Mozos o cualquier otra Fuerza de Seguridad actúe por su cuenta y sin control.

Que el Estado Nacional asuma claramente las competencias en el control de la emigración e impida que las Comunidades Autónomas establezcan normas particulares que favorezcan una emigración y no otra, como ha ocurrido en Cataluña al facilitar numerosas subvenciones a la inmigración islámica y marroquí frente a la hispanoamericana, por pura estrategia política y sin tener en cuenta los intereses generales, lo que ha provocado efectos desastrosos, como el convertir a Cataluña en el centro yihadista más importante de Europa.

Que el Gobierno Nacional recupere el control constitucional de las instituciones autonómicas y el destino del dinero público otorgado a los medios de comunicación, asociaciones, ayuntamientos y partidos anticonstitucionales, de tal modo que no puedan seguir utilizándolo para organizar y promover el proceso de sedición y secesión iniciado.

“España nos odia y quiere destruirnos”, ha proclamado un Consejero de la Generalidad. “La Constitución no nos obliga”, ha dicho el director de los Mozos. Cuando los representantes del poder en Cataluña hablan de este modo, ¿alguien duda de que el tiempo del apaciguamiento, las componendas políticas, los acuerdos de salón y despacho, ya se ha acabado, y principalmente por la expresa voluntad de los sediciosos? Las leyes no son objeto de diálogo, de acomodación o tergiversación; su posible reforma no exime del compromiso ineludible de cumplirlas. Sin el restablecimiento de la ley y el orden constitucional no habrá ninguna salida pacífica al enfrentamiento conscientemente provocado por parte de los secesionistas. Es la hora de salir del sueño adormecedor con que el Gobierno ha querido tranquilizar a los españoles. Es el momento de que un partido como el Centro Izquierda de España (dCIDE) haga oír su voz en el escenario político y llame sin complejos a restablecer la unidad y confianza entre todos los españoles.

Comunicado del Consejo Nacional del Centro Izquierda de España