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Twitter silencia mensajes políticos pero ignora denuncias de abuso infantil

OR.- Twitter atraviesa días agitados. La red social sigue en el ojo público tras haber silenciado a Donald Trump y por la promesa de aplicar la censura en muchas cuentas más, como lo adelantó Jack Dorsey, CEO de la empresa.

Los mensajes de Trump, de carácter político, comenzaron a ser filtrados y etiquetados en noviembre del año pasado. No era raro ver que la plataforma los catalogaba como contenido “objetado” porque según sus políticas, podía considerarse “engañoso”.

Pasaron dos meses para que su cuenta fuera censurada por completo. Twitter prefirió meterse en el papel de juez y determinó que sus contenidos supuestamente incentivaban a la violencia y violaban políticas de integridad cívica. Ese fue el argumento de la red social.

Ahora se dio a conocer un nuevo caso que demostraría el antagonismo ético de la empresa. En el Distrito Norte de California, Estados Unidos, fue presentada una demanda federal contra Twitter por presuntamente ganar dinero con la difusión de pornografía infantil y rechazar eliminar el contenido.

El caso, no menos que escandaloso, incluye a un menor de 13 años que grabó videos bajo coacción y chantaje de traficantes sexuales, indica la demanda reseñada por New York Post. Los videos salieron a la luz pública y Twitter se negó a hacer algo al respecto.

El perturbador caso

El menor en cuestión comenzó a recibir mensajes a través de Snapchat de una supuesta compañera de clases de 16 años, lo que llevó al intercambio de material hasta que la situación se puso turbia y los criminales mostraron sus intenciones: si no compartía más fotos, las que tenían iban a ser difundidas entre conocidos y familiares de la víctima.

Todo esto ocurría en esa red social, que en teoría tiene políticas de uso y con sistemas de denuncia para contenido que infringe las normas. Finalmente, John Doe, bloqueó a los abusadores. Hoy tiene 17 años y decidió enfrentarse a Twitter por no regular el contenido que luego fue difundido en esa red social.

Los videos aparecieron en dos cuentas en diciembre de 2019. A partir de ahí, Doe y su familia entraron en una espiral de denuncias que no dieron resultados. Finalmente el 28 de enero de 2020, Twitter le respondió que no retirarían el material. Ya habían acumuladas más de 167 000 visitas y 2223 retweets, cita New York Post.

«Gracias por contactarnos. Revisamos el contenido y no encontramos una infracción de nuestras políticas, por lo que no se tomarán medidas en este momento», esa fue la frase de Twitter según la demanda. La decisión no podría ser más lapidaria para la empresa, para la que un discurso político es más grave que un delito por pornografía infantil.

El contenido fue eliminado de la red gracias a un agente del Departamento de Seguridad Nacional que la familia de John Doe contactó directamente. Solo después de esto, Twitter eliminó las cuentas que lo publicaron.

Las contradicciones de las redes

Los likes e interacciones son claves para el éxito este tipo de empresas tecnológicas. John Doe dice en su demanda que mientras reclamaba a Twitter, los números de semejantes videos seguían subiendo.

«Esto contrasta directamente con lo que su mensaje de respuesta automatizado y el Acuerdo de usuario establecen que harán para proteger a los niños», indica la demanda presentada por el Centro Nacional sobre Explotación Sexual.

Cada actualización y cada nuevo detalle de las aplicaciones van orientadas no solo a supuestas mejoras para los usuarios, sino que también para atraer usuarios y monetizar sus contenidos. Los primeros tres meses de 2020 lo demostraron: Twitter reportó ganancias de 808 millones de dólares en todo el mundo, 2 % más que el año anterior. Allí se incluyen 468 millones de ganancias solo en Estados Unidos, indicó el portal de contenido tecnológico CNET.

Al dilema se suma el nuevo papel de las redes en el mundo real. Sus directivos y ejecutivos ya están metidos en el gobierno de Estados Unidos. Varios fueron confirmados dentro del entonces equipo de transición y del gabinete del actual presidente Joe Biden. Empresas como Google, otro gigante tecnológico, hicieron donaciones para el Comité Inaugural de Biden y Kamala Harris.

Al menos a 14 ejecutivos actuales o anteriores de Apple, Google, Amazon, Twitter y Facebook acompañarán a Biden en su nuevo gobierno, según una nota publicaba por Daily Caller hace pocos días.

Los CEO de las redes sociales han sido firmes en la posición de silenciar cuentas que supuestamente no van contra sus políticas al ojo público y en casos reconocidos. Paralelamente se enfrentan a situaciones como las de John Doe, quien tuvo que recurrir a la justicia federal por un caso que Twitter no fue capaz de regular.