Tres días después de que Sánchez lamentara «profundamente» el fallecimiento del terrorista Igor González Sola, la tibieza del presidente del Gobierno con la organización que acabó con la vida (que se sepa) de 855 personas sigue generando reacciones. En las últimas horas hay quien ha recordado cómo respondió Margaret Thatcher en 1981 cuando el integrante del IRA Bobby Sands murió en prisión como consecuencia de una huelga de hambre.
Ese año, la primera ministra británica tuvo que encarar la huelga de hambre de varios miembros del grupo terrorista. Entre ellos estaba Bobby Sands, que fue elegido diputado mientras se encontraba en prisión. Consiguió su escaño en los comicios de abril de 1981, convirtiéndose además en el miembro más joven del Parlamento británico en aquel momento.
Sands murió tres semanas después como consecuencia de una huelga de hambre que alargó durante más de 60 días. Su funeral fue multitudinario (acudieron miles de personas) y sin embargo Thatcher no mostró la sensibilidad y el «lamento» que Sánchez dedicó al miembro del comando Donosti, uno de los más activos y sanguinarios de la banda terrorista ETA.
Días después del fallecimiento de Bobby Sands, Margaret Thatcher fue preguntada en el Parlamento británico por este asunto, a lo que respondió: «El señor Sands era un criminal convicto que eligió llevarse su propia vida. Una opción cuya organización no dejó tomar a muchas de sus víctimas».
