El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, no seguirá adelante con la investigación contra su rival demócrata en las elecciones, Hillary Clinton.
“Creo que cuando el presidente electo (…) dice antes de asumir el cargo que no desea seguir adelante con estos cargos, envía un mensaje muy fuerte, por su tono y contenido, a los miembros (del Congreso)”, ha dicho este martes Kellyanne Conway, jefa de campaña y principal asesora del republicano Trump.
De acuerdo con esta fuente, Trump ha decidido no perseguir a la ex secretaria de Estado por el mal manejo de su correo electrónico cuando estaba en el cargo o por las prácticas de la Fundación Clinton, pese a que durante su campaña prometió meterla en la cárcel.
Creo que cuando el presidente electo (…) dice antes de asumir el cargo que no desea seguir adelante con estos cargos, envía un mensaje muy fuerte, por su tono y contenido, a los miembros (del Congreso)”, informa Kellyanne Conway, jefa de campaña y principal asesora de Trump.
Sin embargo, la fuente consultada por la cadena de televisión estadounidense NBC ha declarado que, de todos modos, Hillary Clinton debe reconocer que la mayoría de los estadounidenses “no la consideran honesta o de fiar”, refiriéndose al hecho de que perdió los comicios presidenciales del 8 de noviembre.
La cadena norteamericana recuerda, asimismo, que el presidente de Estados Unidos no es apto para decidir si se debe iniciar o no una investigación penal contra alguien, pero, citando a Conway, señala: “si Donald Trump puede ayudarla, quizá sea algo bueno”.
Una vez elegido presidente de EE.UU., Trump cambió drásticamente su postura respecto a Clinton, incluso su forma de hablar, y, de afirmar que encarcelaría a su rival, pasó a decir en el programa ’60 Minutos’ de CBS que los Clinton “son buena gente, no quiero perjudicarles”.
De cualquier manera, la reciente decisión de Trump sobre Clinton ha contando con diferentes reacciones: parte de sus seguidores se sienten engañados porque ha incumplido sus promesas electorales, pero otros creen que se trata de algo bueno para preservar la unión de la nación norteamericana, aparentemente muy dividida por la elección de Trump.
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