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Coriolis en el lago de Garda

Los lagos viven de la circulación de sus aguas. Gracias a ella, las de su superficie, cargadas de oxígeno, llegan a las capas profundas, y al mismo tiempo ascienden desde estas a la superficie aguas ricas en nutrientes. Si se suspende esa mezcla, un lago sufrirá las consecuencias: en sus profundidades se formarán zonas muertas donde los organismos ya no podrán sobrevivir y la superficie será más pobre en nutrientes.

En los lagos centroeuropeos ayudan también los fríos inviernos, cuando las capas superiores se enfrían intensamente: pueden entonces ascender aguas profundas, en sí frías, pero en esas circunstancias más parecidas a las superficiales. Si el lago ocupa un valle alargado, también intervienen los vientos: enfrían la superficie y ponen también a las masas de agua en movimiento.

En el alargado y estrecho lago de Garda, del norte de Italia, al pie de los Dolomitas, parece que actúa un efecto adicional, según cuentan Sebastiano Piccolroaz, de la Universidad de Utrecht, y sus colaboradores: la rotación de la Tierra afecta a las corrientes puestas en movimiento por los vientos, lo que intensifica la mezcla de las aguas, según escriben en Scientific Reports.

O, al menos, eso es lo que indican las mediciones de la temperatura y la clorofila que el equipo realizó entre 2017 y 2019 en tres puntos a diferentes profundidades. Las simulaciones por ordenador basadas en esos datos llevan a concluir que existe una corriente circular, hasta ahora desconocida, que está orientada perpendicularmente a la dirección del viento. Es el tipo de movimiento que el efecto Coriolis hace esperar también para las masas de agua: sucede cuando algo que está sobre un cuerpo rotativo se mueve de modo que cambie su distancia al eje de giro.

El efecto Coriolis afecta a las masas de agua que el viento empuja hacia el sur en el lago de Garda, y contribuye así a la ventilación en profundidad del lago. Sobre el papel, los expertos habían ya predicho el fenómeno, que se ha observado y analizado en lagos grandes y mares, para lagos estrechos, alargados. Pero, explica el grupo de investigadores, hasta ahora no se había observado en ninguno de este tipo.

Robert Gast

Referencia: «Importance of planetary rotation for ventilation processes in deep elongated lakes: Evidence from Lake Garda (Italy)», de Sebastiano Piccolroaz et al. en Scientific Reports 9, artículo número 8290 (2019).