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Rarezas y cuitas de un caracol, o el origen genético de la asimetría corporal

  • Noticias
  • 21/05/2017

Biología

Jeremy es toda una rareza. Su concha gira hacia la izquierda, lo que sucede en muy contados ejemplares. Hasta ahora no se ha logrado encontrarle pareja.

Universidad de Nottingham

Los muy raros caracoles cuya concha gira hacia la izquierda sirven para estudiar el origen genético de la preferencia por una de dos orientaciones posibles en estructuras asimétricas (llamadas quirales), fenómeno muy común entre los seres vivos [Angus Davison]. 

Jeremy es rarísimo, aunque no pertenece a una especie amenazada. Los caracoles comunes de jardín (Cornu aspersum) son muy abundantes y los hay casi por todo el mundo. Sin embargo, Jeremy es diferente: su concha gira hacia la izquierda, al revés que el reloj, y no hacia la derecha, como ocurre prácticamente con todos sus congéneres. Eso significa, además, que sus órganos sexuales están a la izquierda y no a la derecha de la cabeza, y por ello no puede aparearse con la inmensa mayoría de los demás caracoles.

Hay un caracol con concha que gira a izquierdas por cada cien mil o incluso por cada millón, de ahí que los que tienen esa característica sean un valioso objeto de estudio para genetistas como Angus Davison, de la Universidad de Nottingham. En 2016 un  grupo internacional dirigido por él descubrió, tal y como publicaron en Current Biology, que el sentido de giro de la concha de los caracoles de estanque dependía del gen que codifica unas proteínas muy conservadas a lo largo de la evolución llamadas forminas, un gen que se activa de manera asimétrica dentro del huevo fecundado casi desde que este empieza a dividirse en más células. El cambio en una sola letra de ese código cambiaba el sentido de giro.

Para proseguir sus investigaciones, hicieron en 2016 un llamamiento en busca de una pareja sexual para Jeremy, un ejemplar que también poseyese una concha a izquierdas. Y les llegaron dos caracoles así: uno, al que llaman Lefty, de un coleccionista de Suffolk, en Inglaterra, y otro, Tomeu, de un restaurante de Mallorca. Sin embargo, aunque hizo muy buenas migas con uno de esos caracoles (no se ha dicho cuál), no hubo final feliz para Jeremy: Tomeu y Lefty se aparearon entre sí y tuvieron muchos retoños. Los caracoles son hermafroditas; poseen al mismo tiempo un órgano sexual masculino y uno femenino. En este caso, Lefty hizo de padre y Tomeu, de madre. De los huevos eclosionaron 170 crías, pero para decepción del equipo de Davison todas tenían la concha a derechas. Sin embargo, al aparearse dos ejemplares con la concha a izquierdas es muy probable que en la siguiente generación, o en la siguiente a la siguiente, aparezcan caracoles a izquierdas, como explica Davison.

Por raro que parezca, las investigaciones sobre la asimetría en los gastrópodos también dicen algo acerca de los seres humanos. Los investigadores piensan que el origen de las asimetrías orgánicas de nuestro cuerpo se deben al mismo mecanismo que genera asimetría en los caracoles. De momento, los investigadores esperan a la eclosión de dos nuevas puestas de huevos, en una de las cuales Tomeu y Lefty han intercambiado sus papeles. Lefty va a ser devuelto pronto a su dueño. Davison y sus colaboradores esperan que, entonces, Jeremy disfrute de la paternidad o de la maternidad con Tomeu.

Más información en Universidad de Nottingham y Evolutionary Biology.

Fuente: spektrum.de/Daniel Lingenhöhl