Varios comercios en la capital estarían engañando al Ministerio de Hacienda para pagar menos impuestos de los que deberían, amparados en el Régimen de Tributación Simplificada para Comerciantes Minoristas y Bares, según presume la Municipalidad de San José.
Así lo indicó a La Nación el gerente administrativo financiero del municipio, Edgar Sandoval, quien reconoció que aunque esta modalidad existe hace más de dos décadas y el ayuntamiento tiene conocimiento de que patentados josefinos con grandes negocios se aprovechan de la figura para evadir obligaciones tributarias, hasta ahora se han iniciado coordinaciones de cerca con el Ministerio de Hacienda para poner bajo la lupa el tema y entrarle con más determinación.
A modo de ejemplo, Sandoval confirmó que las 16 tiendas de la cadena de ropa SYR que hay en la capital funcionan bajo este régimen y que solo pagan entre ¢40.000 y ¢70.000 trimestrales por sus patentes, “lo cual es muy poco para la dimensión del negocio”. Al ser consultado sobre por qué hasta ahora la municipalidad se extraña por esto, respondió que históricamente el ayuntamiento no pone sus esfuerzos en los comercios bajo el régimen de tributación simplificado y que tal vez por eso pasaron desapercibidos en los últimos años.
“Al tener régimen simplificado no entraban dentro de las estrategias nuestras de verificación porque asumimos que son negocios menores, cosa que ya se está confirmando que no, sino que tenían manipulado a todo mundo”, reconoció.
Por está razón, el ayuntamiento no tiene nombres de otros comercios, salvo SYR, porque su caso fue revisado a profundidad cuando trascendieron los incidentes de agresión física a dos empleadas.
En qué consiste el modelo
El Régimen de Tributación Simplificada constituye una opción de acceso voluntario y sencillo para que los pequeños contribuyentes cumplan con los deberes tributarios, simplificando sus obligaciones y su contabilidad. La inscripción es voluntaria, por lo que los contribuyentes que realicen las actividades comprendidas dentro de él, pueden elegir entre este o el régimen tradicional y solicitar el cambio de régimen en el momento que deseen.
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Para ingresar a esta modalidad, la actividad del negocio no puede tener su origen en la explotación de una franquicia, marca, nombre comercial, o que el propietario mantenga más de un establecimiento abierto al público. Además, el número de personas necesarias para llevar a cabo sus operaciones no puede ser mayor a cinco, independientemente del tipo de relación contractual o de parentesco que exista entre éstas y el contribuyente.
Asimismo, sus compras anuales con el impuesto sobre el valor agregado (IVA) incluido no pueden superar los 150 salarios base (¢69.330.000) y el valor de sus activos fijos no puede ser mayor a los 350 salarios base (¢161.770.000). De acuerdo con la municipalidad, se tienen dudas si realmente esto lo cumple una cadena de tiendas de ropa como SYR, que tiene más de 16 locales en la capital y alquileres de edificios como el antiguo Cine Palace en plena avenida segunda.
Sin embargo, Sandoval manifestó que es muy probable que otros de los 17.000 patentados que tienen comercios en San José también estén dentro de este régimen sin cumplir los requisitos, ya que el ayuntamiento no tienen capacidad de seguirle la pista a todos los negocios de la capital para revisar esto. “Los recursos aquí son escasos y hay que hacer estrategias, fiscalizar y caerle a lo más grueso”, alegó el funcionario, quien desconoce cuántos locales están bajo el régimen simplificado.
Finalmente, el gerente administrativo financiero de la Municipalidad de San José agregó que el Ministerio de Hacienda también debería poner más atención a esta problemática, ya que la falta de buena fiscalización y la oportunidad de los comercios de funcionar a punta de dinero en efectivo provoca que no sea muy complicado para los patentados cometer el engaño.
“Lo que pasa es que Hacienda tiene que verificar si realmente cumplen para efectos de pasarse de régimen, eso es un proceso de control tributario que se hace posterior, pero yo me imagino que las baterías del Ministerio de Hacienda y su estrategia fiscalizadora están orientadas a cosas más grandes”, concluyó Sandoval.
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