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Barbosa y Armenta hacen ‘las paces’ tras conflicto por la candidatura en Puebla

Luis Miguel Barbosa y Alejandro Armenta Mier hicieron las paces públicamente este jueves luego de una serie de descalificaciones mutuas y de procesos legales entre ambos por la designación de Barbosa como candidato a la gubernauta de Puebla por Morena.

En rueda de prensa conjunta, ambos políticos afirmaron que se llegó a un acuerdo de respeto y trabajo conjunto para fortalecer a Morena, sin que se haya negociado otorgar cargos a Armenta en el próximo gabinete en caso de que Barbosa gane la elección extraordinaria del 2 de junio.

Las elecciones extraordinarias se llevarán a cabo para ocupar la titularidad del poder ejecutivo tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo, quien pereció en un accidente de helicóptero el 24 de diciembre de 2018.

«Esto ocurrió porque ya no podíamos continuar en la ruta de la descomposición«, sentenció Barbosa, tras indicar que para ganar necesitan «la casa en paz y Alejandro Armenta nos va a llevar a lograrlo».

Insistió en que no se negociaron cargos y dijo que de hecho no ha definido quién sería parte de su gabinete en caso de ganar la elección, pues debe actuar con responsabilidad y asumir que aún no se gana. «No descarto a nadie», dijo al respecto.

Asimismo, Barbosa Huerta desmintió que la razón de su acercamiento con el senador obedeció a una disminución de puntos en las preferencias del electorado; «no es cuestión de puntos, sino de limpiar el escenario local», resaltó .

Por su parte, Alejandro Armenta Mier aseguró que respalda a Barbosa por convicción de que él sabrá mantener la gobernabilidad y porque «el punto central que nos une es Morena».

Cuestionado en torno a sí acompañará al candidato a sus giras, se limitó a señalar que regresará al Senado y que desde ahí será aliado del candidato.

Ambos coincidieron en que muchas cosas subieron de tono en el proceso de selección de candidato y durante parte de las campañas, pero coincidieron en indicar que fue por la euforia del momento y que cada uno se enfocará en trabajar en su respectiva trinchera.

Los problemas iniciaron desde que la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polenvsky, daba por un hecho que Luis Miguel Barbosa repetiría como candidato al gobierno, aún cuando no se llevaba a cabo el proceso de selección interno en Morena.

Ante ello, Armenta alzó la mano para ser candidato y pidió un proceso transparente, subrayando que si el método de selección serían encuestas, exigía que hubiera observadores para que todo fuera democrático.

Barbosa respondió que el senador con licencia se había equivocado pues estaba escogiendo una pelea en la que era un hecho que iba a perder.

Tras darse a conocer los resultados de la encuesta a los precandidatos, Armenta impugnó el proceso asegurando que fue maniatado por la dirigencia nacional del partido, llegando con su queja hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Ante ello, Barbosa y sus seguidores acusaron a Armenta de intentar desvirtuar el proceso interino.

La situación se tensó más con las declaraciones de Yeidckol Polevnsky que dijo que se habían infiltrado ‘sabandijas’ en el partido. «Son muchos los que están echándole el ojo al partido de una manera mezquina y perversa”, declaró.

Luego se filtraron audios a la prensa de una conversación de Armenta en la que evidenciaba un complot contra de Barbosa en caso de que llegara al poder.

Ante esto, y con el aval público de Polevnsky, militantes interpusieron un recurso ante la Comisión de Honor y Justicia de Morena, para que Armenta fuera expulsado.

Con el acuerdo final entre Armenta y Barbosa, todos estos procesos legales se echaron abajo.