Inicio México ‘No estás sola’: una esperanza en medio de la desesperación

‘No estás sola’: una esperanza en medio de la desesperación

Video: Médicos Sin Fronteras.

Kamla* tiene un perfil delgado. Mira a su alrededor, insegura de si está en el lugar correcto y cuestionándose si compartir su experiencia o no. Esta fue la primera vez que visitó la clínica de MSF “Umeed ki Kiran” (que significa Rayo de Esperanza), por recomendación de un educador de salud de la organización. La amabilidad del consejero la tranquiliza, así que Kamla se siente capaz de expresar su historia de abuso con el equipo de MSF.

La tía de Kamla la llevó a Nueva Delhi, desde otra ciudad, cuando ella tenía cinco años. La forzó a trabajar en su casa, a hacer otros trabajos y a entregarle sus ganancias. Luego, ella fue obligada a casarse. Durante los siguientes 15 años, sufrió abuso sexual, físico, emocional y verbal por parte de su esposo repetidas veces.

Kamla se sentía incapaz de compartir esta situación con alguien, pensando que era un problema privado de familia. Buscar atención médica no era algo que ella considerara en absoluto. Pero la ausencia de su familia y amigos exacerbó su aislamiento. “El problema de la violencia sexual y la violencia de género aquí es múltiple”, explica Huzaifa, la consejera de Kamla. “A veces las víctimas no saben que están siendo abusadas y lo aceptan como una forma de vida. A veces tienen mucho miedo de pedir ayuda, temiendo que el problema se agrave o que el servicio no sea privado y confidencial. Hemos atendido a víctimas que no tenían idea de dónde ir a buscar ayuda. La clínica Umeed Ki Kiran en Delhi, a través de su enfoque, que se centra en los pacientes, no solo provee atención médica y psicológica, también educa a la comunidad en temas de sexualidad y violencia de género, y la necesidad de recibir ayuda médica oportuna.

Las lesiones son consecuencias comunes cuando una persona sufre violencia física y sexual, pero las heridas psicológicas pueden empeorar. El abuso llevó a Kamla a tener pensamientos suicidas. “Parecía agotada y desesperada la primera vez que la vi”, dice Huzaifa. “Ella quería hacerse cargo de su vida y la de sus tres hijos. Para ayudarla a llegar a ese estado, necesitó no solo tratamiento para sus heridas psicológicas sino también consejería”.

Como todos los sobrevivientes que llegan a la clínica de MSF, Kamla fue examinada por lesiones físicas y se le asignó un consejero que la ve regularmente. “Sentí que solo quería que alguien la acompañara en su desahogo, la escuchara y le dijera que no estaba sola, que le mostrara alguna esperanza. En ese sentido, a veces pienso que la clínica Umeed ki Kiran estuvo a la altura de Kamla”, dice Huzaifa.

Después de varias consejerías, Kamla decidió dejar a su marido y mudarse con sus hijos. La clínica Umeed ki Kiran también conecta a los pacientes con otros servicios, como cuidado médico especializado, servicios legales y refugios, entonces Kamla y sus hijos se trasladaron a uno de estos lugares.

Kamla ahora vive en un refugio. Trabaja y sus hijos están creciendo lejos del abuso. Ella quiere que estén tranquilos. “La vi en el refugio el otro día, rebosante de vida. Eso me hizo feliz no solo por presenciar esa transformación sino por haber jugado un rol para lograrlo”, concluye Huzaifa.

*Algunos nombres se cambiaron para proteger la identidad de los pacientes.

Médicos Sin Fronteras fue fundada en Francia en 1971 por un grupo de médicos y periodistas. Ganaron el Premio Nobel de la Paz en 1999 por su labor humanitaria en varios continentes. MSF tiene operaciones en más de 70 países, entre ellos México, donde la oficina se estableció en 2008.

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