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La NASA va a enviar una sonda al asteroide más peligroso para la existencia de la Tierra: Apophis

La agencia espacial estadounidense (NASA) ha anunciado que OSIRIS-REx contará con una nueva misión con la que extender su vida útil: Acompañar al asteroide Apophis durante su próximo acercamiento a la Tierra en 2029. Este acercamiento será un evento único que en su momento hizo saltar las alarmas de quienes vigilan objetos cercanos a la Tierra (NEOs). De momento, la sonda OSIRIS se encuentra de regreso a la Tierra con muestras recogidas en su primera misión.


El descubrimiento de Apophis.
Hoy por hoy sabemos que Apophis no supondrá un peligro real para la Tierra al menos en los próximos 100 años. Pero hubo un breve periodo de tiempo en el que esa posibilidad se contemplaba, y tiene que ver con cómo se controlan estos objetos potencialmente peligrosos.

La roca fue avistada por primera vez en 2004 y tras unos meses de observaciones y cálculos se estimó en un primer momento que su paso cerca de la Tierra en 2029 conllevaba un riesgo de impacto del 2,7%. Se trata del mayor riesgo calculado nunca para un evento de este tipo.

Cómo de cerca pasará.
Los observatorios siguieron el objeto para refinar los datos y así poder calcular su órbita con mayor precisión. Una vez conseguido el suficiente número de observaciones pudo descartarse el impacto. Aun así, Apophis pasará a una distancia de algo más de 36.500 kilómetros de la Tierra, lo cual quiere decir que desde muchas partes del planeta su paso será observable a simple vista en el cielo nocturno.

El asteroide pasará por debajo de los satélites en órbita geoestacionaria, a una décima parte de la distancia a la que orbita la Luna. Esto será el 13 de abril de 2029, por si alguien quiere ir apuntándolo en su agenda.

¿Y dentro de cien años será un peligro?
Los cálculos para determinar las trayectorias de asteroides que se mueven entre los campos de gravedad de multitud de objetos mayores como planetas, lunas y el propio Sol son extremadamente complejos. Pero una cosa es segura, a mayor número de observaciones y a mayor precisión de éstas más fácil es hacer predicciones certeras sobre sus futuras trayectorias (y sobre las pasadas cuando hace falta).
Aquí es donde entra en juego la nueva misión para explorar Apophis: OSIRIS-APEX.

La precuela: OSIRIS-Rex.
La OSIRIS-APEX es tan solo la extensión de la misión enviada en 2016 a explorar los regolitos (de ahí el REx) del asteroide Bennu (otro asteroide que también podría acabar sus días estampado en la Tierra). Los regolitos no son sino las piedras y partículas que forman la capa rocosa y arenosa externa de objetos como asteroides y algunos satélites.

La expedición arrancó en septiembre de 2016 para llegar a su objetivo en 2018. Una vez ahí la sonda se dedicó a buscar el mejor punto para recoger muestras del asteroide. Tras obtenerlas inició su regreso a la Tierra. En 2023 se aproximará a nosotros y dejará caer una cápsula con las muestras recogidas de Bennu. El resto de la sonda seguirá siendo operativa.

OSIRIS – Apophis Explorer.
El cambio de misión será el momento en el que la investigadora de la Universidad de Arizona Daniella DellGiustina tome el mando de la operación. OSIRIS-APEX acompañará durante 18 meses al asteroide en su paso por las inmediaciones de la Tierra. Durante ese tiempo recopilará toda la información que pueda sobre el objeto.

Otro aspecto interesante de esta misión será propiciado por la gravedad. A su paso cerca de la Tierra el arrastre gravitacional de ésta podrá tener un efecto sobre la estructura del propio asteroide. De la misma forma que la Luna influye sobre las mareas “deformando” la superficie de la tierra, la mucho mayor atracción gravitacional que sufrirá el asteroide al pasar cerca de la Tierra podrá afectar a su estructura, causando movimientos de tierra y posiblemente llevando a su superficie nuevos materiales.

¿Compañeros inseparables de viaje?
Como colofón y de ser posible, el equipo de OSIRS-APEX propuso que la sonda acabara posándose sobre el asteroide para servir de baliza y así poder seguir su ruta con mayor precisión. Esto serviría para poder tener un mejor control sobre un NEO potencialmente peligroso en los siglos venideros.

Por si esto fuera poco, hacia el final de la misión, ya en otoño de 2030, la sonda realizará una maniobra para apuntar sus motores hacia el asteroide y “levantar polvo”, remover un poco su superficie para intentar recopilar observaciones de las capas mas interiores del asteroide.

Oportunidad única que muchos tratarán de aprovechar.
Es previsible que este evento que en su día se creyó potencialmente catastrófico cause una gran expectación. Marina Brozovic, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA explicó a Scientific American que no solo resultará un momento ideal para investigadores de todo el mundo, también será probable ver a turistas espaciales embarcados en un “safari”, acercándose a ver el objeto en su ruta. Pero más allá de eso, es de esperar que las agencias espaciales más allá de la NASA envíen misiones para observar más de cerca la roca.

Ocho misiones extendidas.
El anuncio de la extensión de OSIRIS-Rex no ha llegado solo. La NASA ha anunciado la prórroga de un total de ocho de sus misiones: Mars Odyssey, Mars Reconnaissance Orbiter, MAVEN, Mars Science Laboratory (Curiosity), InSight lander, Lunar Reconnaissance Orbiter, New Horizons y la propia OSIRIS-Rex.

La mayoría de estas misiones se alargará unos tres años, dependiendo siempre del estado de los equipos enviados, si bien la propia OSIRIS-APEX es una misión que podría alargarse hasta bien entrado el año 2030. E incluso más allá.

Imagen | NASA