Inicio Salud Jesús Ponce: «Novartis aporta 2.100 millones de euros al PIB español»

Jesús Ponce: «Novartis aporta 2.100 millones de euros al PIB español»

Lleva ya ocho meses al frente de Novartis, una multinacional de enorme peso en España. Tras aterrizar desde la filial lusa de un laboratorio, Astrazeneca, ¿cómo ha encontrado la situación económica de nuestro país?

He tenido la suerte de haber trabajado en otros países, porque creo que es una de las mayores virtudes para poder valorar lo que tenemos. Entiendes que las situaciones negativas de aquí no lo son tanto como se ven desde nuestra perspectiva. La posición económica española es positiva, como lo demuestran todas las variables macro, si bien es verdad que estamos ante una desaceleración y un riesgo, pero no es una crisis. Y por eso es importante, pues hay que considerar ese momento dulce de reflexión en el que todo el mundo tiene que apurar en productividad para que la situación positiva se mantenga. Se trata de una oportunidad fantástica porque en el fondo quiere decir que hay una demanda de base. A día de hoy veo la situación bien como para garantizar un futuro sostenible a largo plazo.

El entorno político que tenemos, con la posible formación de un gobierno PSOE-Podemos, ¿puede ensombrecer esto o no tiene por qué?

Creo que todos los cambios traen oportunidades por detrás. Lo que verdaderamente hará que tenga un impacto en la economía y en el país es una voluntad de trabajo para las personas y para la sociedad, de tal manera que ya veremos qué tipo de gobierno se configurará.

Históricamente ha sido con los gobiernos del PP cuando ha sufrido más la industria farmacéutica…

Correcto, yo le doy esa interpretación. Las épocas de cambio son momentos de oportunidad.

Y en la matriz, en Suiza, ¿también lo perciben así?

Sí, y de hecho la percepción que tienen de la unidad española es muy positiva y estratégicamente una de las cosas que hacemos mejor las corporaciones con los entes públicos son los planes plurianuales (más a largo plazo). En el plan estratégico de Novartis, España ha sido una filial priorizada para invertir. La inversión del grupo se traslada al país en diferentes frentes: contratación de personas, presencia en I+D en los proyectos que recibimos… De hecho, como ejemplo de ello hemos desarrollado el negocio en tal medida que somos el tercer país europeo dentro del grupo, cuando realmente por población o peso económico nos tocaría ser quinto o sexto. Esa confianza está nutriendo una capacidad de entrega y de impacto en la sociedad, que vive un ciclo de crecimiento.

Esta inversión europea a través de la filial ¿ha sido correspondida por parte de la Administración?

A título individual sí que recibimos este tipo de reconocimientos. Pero a nivel institucional esta apuesta que hace todo el sector, que nosotros posiblemente lideramos en términos absolutos y relativos, y que además protagoniza la mayor inversión en I+D del país, que se traduce en unos 1.100 millones de euros al año (un 10% es lo que invierte Novartis) no cuenta con ello. Y eso que en términos absolutos significa tres millones por día. Esto supone una dimensión enorme que refleja que somos el principal motor dentro de la I+D. No tenemos la sensación de que se valore lo suficiente ni de que se conozca el impacto que tenemos en la sociedad.

¿Cómo se cambia esto?

En concreto, en Novartis hemos hecho un ejercicio de empezar a divulgar a lo largo de 2020 qué impacto financiero, económico y social tenemos. Porque la repercusión de la industria farmacéutica no va sólo asociada a lo que se produce, al PIB o a lo que vendes, sino al efecto que tienen esas medicinas en los pacientes que las toman, y su mejora de salud, su mejora de productividad, en sus relaciones con los familiares (disminuye la necesidad de cuidadores) y todo esto se cuantifica en menos estancias hospitalarias, más productividad laboral… Todo ello, según el portfolio que tengas, desarrolla un impacto medible. Hemos hecho un estudio que nos permite ver los empleos directos e indirectos, y además esa contribución al sistema social, que se traduce en 2.100 millones al PIB como compañía. A través de este ejercicio también sabemos que llegamos a cinco millones de pacientes en España.

Jesús Ponce, presidente de Novartis (Connie G. Santos/)

Llama la atención que, a pesar de esta aportación desde la industria, haya determinadas medidas al margen de los acuerdos, como ocurre con el que hace referencia al gasto farmacéutico firmado desde la patronal de innovadores, Farmaindustria. ¿Cómo se asimila?

Creo que va asociado a la falta de visibilidad de impacto en la sociedad y a la ausencia de entendimiento de la Administración y de la sociedad sobre todo lo que contribuye la industria como sector. Soy de las personas que siempre que hay algo que mejorar, me pregunto qué puedo hacer yo, qué puede hacer la compañía y qué la industria por ser más visibles. Con respecto al pacto, desde Farmaindustria queremos ser parte de la sostenibilidad futura de este sistema para garantizar la calidad de la atención y el beneficio de los ciudadanos. Esto significa un compromiso entre partes. Asimismo, creemos que se puede mejorar, es decir, queremos afrontar el futuro con un pacto renovado en el que estén más agentes del sistema, no sólo los laboratorios innovadores, sino otras asociaciones para que nos corresponsabilicemos y que este diálogo que se abra sea estratégico y estructural a largo plazo. No hacer planes para 2020, sino para un marco de estabilidad mayor que garantice que las medidas tomadas bajo presión no se llevan a cabo, sino que se encuadren dentro de esa órbita.

Resulta sorprendente que el plan de genéricos se active sin que el Ministerio haya permitido pagar aún a los laboratorios el dinero pendiente de este acuerdo…

Estamos en la fase final de cómo articular los formatos logísticos. Desde Farmaindustria existe una voluntad clara de honrar ese acuerdo.

¿Pagar sólo lo de la patronal?

Correcto. Farmaindustria representa un grupo de asociados que es el ámbito en el que se firmó el acuerdo.

¿Qué se siente cuando se está dispuesto a asumir este acuerdo y caen nuevas medidas, que si no proceden desde la Administración estatal lo hacen desde autonómica?

Sientes que hay una necesidad de alineamiento en la que nosotros como industria apostamos por una sostenibilidad a largo plazo, con propuestas encima de la mesa para que la Administración explique sus necesidades para tener soluciones de conjunto. De momento no existe esa alineación y es por lo que luchamos desde Farmaindustria, y que desde Novartis defendemos.

Comenta que buscan la sostenibilidad de la Sanidad. ¿Lo es?

Creo que sí. Es verdad que tenemos variables que apuntan a dificultades en un futuro, pero que también hay que poner en perspectiva. El sistema sanitario ha sido sostenible y la calidad de vida se ha incrementado durante los últimos años significativamente, y somos el país del mundo con segunda mayor expectativa de vida, muy cerca ya de Japón. Esto significa que hay más población, más envejecida, más crónicos… El sistema sigue sosteniendo esto, hay un flujo natural de lo que son los ciclos de vida de los medicamentos de los que se liberan recursos para que la nueva innovación tenga cabida. Lo único que hay que articular son los momentos para que haya buena sintonía.

¿Se puede hacer con un 5,9% del PIB?

Bueno, se ha expresado públicamente una voluntad de incrementar esa cifra.

Pero en la actualización del Plan de Estabilidad enviado a Bruselas van estos números…

Por eso creo que hay otra área a explorar en la que más recursos nos ayudarían a realizar este camino y tenemos capacidad de influencia en un sector crítico para las autoridades, para el sistema y la industria, que es la productividad: no sólo tener más recursos, sino cómo de eficiente eres con ellos. En ese sentido, desde la Administración reconocen que es un área inexplorada, en la que firmemente creo que la industria tiene un papel para desarrollar todo ese tipo de eficiencias. En Novartis, dentro de esta visión, hemos desarrollado un departamento de soluciones innovadoras que, independientemente de los productos, centrándonos en los pacientes y patologías, queremos identificar oportunidades de mejora en los procesos. De esta forma, vemos bolsas de ineficiencias. Un ejemplo es la década que deambulan algunos pacientes reumatológicos por el sistema hasta que dan con su tratamiento.

Jesús Ponce, presidente de Novartis

Jesús Ponce, presidente de Novartis (Connie G. Santos/)

¿Genera confusión en la matriz que haya 17 políticas farmacéuticas en vez de una y que haya que multiplicar los equipos en todas las regiones?

Desde mi experiencia en la industria, cuando empezábamos a contarlo hace muchos años, sí que se decía «bueno, no será para tanto». Ahora, por la diferente evolución de las transferencias de la Sanidad y la gestión de las mismas, es una realidad que el grupo entiende porque hemos desarrollado nuestra propuesta de valor, poniendo equipos específicos en las comunidades que trabajen con cada realidad.

El tema catalán, por el emplazamiento de la filial en España, ¿le preocupa?

No hay ninguna razón para especular con un traslado. Nosotros somos una multinacional que igual que tenemos presencia en 155 países estamos presentes en España con la idea de servir a todo el país por igual y nuestra vocación real de que los fármacos lleguen a todo el territorio nacional ocurre. Para eso tenemos varias sedes, una central en Barcelona y una corporativa en Madrid.

Además de innovar en materia de investigación con el diseño de terapias de una sola dosis, lo hacen en el acceso a sus fármacos con la creación de nuevas modalidades de pago, como ha ocurrido con las terapias CAR-T, a través del desembolso por resultados, ¿cierto?

Tenemos la oportunidad de explicar esto bien a la sociedad y la responsabilidad por ser líderes en este campo. En esta misión de traer las novedades más tempranas en medicamentos, nuestra vocación es siempre trabajar en terapias avanzadas, que sean «best in class» y «first in class», no sólo en moléculas pequeñas y biológicas sino también terapias génicas y celulares, que suponen poner una solución a patologías que no la tenían, como ciertos tipos de leucemia. Y con una sola administración. Esto tiene un valor incalculable, no sé ponerle un número: es salvar una vida humana desde una edad muy temprana. Pero dicho valor se debe dimensionar con las autoridades en algo que sea sostenible y que la administración pueda asumir, siendo verdad que son pocos pacientes. Y como agente que quiere ser parte de la solución pues somos creativos con los pagos parciales, con el desembolso sólo por resultados…

En este cambio, cabe preguntarse si la industria va hacia un compromiso ético.

Sí, por supuesto. La percepción es mucho peor que la realidad porque arrastramos errores comerciales de un pasado muy pasado, pero ahora podemos decir que somos uno de los sectores más autorregulados. Vamos a continuar respetando los estrictos estándares éticos que nos marcamos hace años. Somos extremadamente riguroso con el manejo y anonimización de los datos. El camino de la ética, la responsabilidad y la transparencia no es sólo a nivel global, sino que en España Farmaindustria ha sido pionera en muchos aspectos.