La hiperinflación en Venezuela no respeta ni siquiera el patrón del precio del dólar, a pesar que éste mantiene por varias semanas un precio relativamente estable, los precios de los productos continúan su vertiginosa alza ¿Por qué? Porque confluyen un sin número de factores que, a pesar mantienen transversalidad en la falta de autoridad, responden al modelo país que tenemos: élites que saquean las riquezas de la nación, al pueblo, todo lo que signifique ganancia.
El desmadre es tan perverso que, paradójicamente, aunque el talante ideológico del régimen responde al espectro comunistoide, hoy por hoy nos damos cuenta que genera un efecto inverso, es decir, la proliferación de pequeños emprendimientos, las casas familiares prácticamente están desapareciendo dándole lugar a todo tipo de negocios, también resultan un intento desesperado de sobrevivencia. Muchos de ellos mantienen un comportamiento digno, otros simplemente motorizan la inflación.
Sea como sea, no olvidemos que los “work shop” (o pequeñas tiendas de trabajo) fueron en el siglo XIV el semillero de lo que siglos después se llamó capitalismo, ante la debacle del sistema feudal las personas se vieron en la necesidad de destinar su tiempo y esfuerzo a actividades que le permitieran el sustento, el cuento es largo y no se corresponde con el tema aquí tratado, sin embargo, la reflexión es que hoy día, cuando el socialismo pretende esclavizar a otra sociedad, la economía, que no responde a ideologías, se abre paso sola, hace surgir a estas pequeñas iniciativas que son las que a la postre producen crecimiento personal, familiar, del país.
El asunto de los precios, principalmente, es que no existe autoridad, padecemos del gobierno con más poder en los últimos 60 años pero sin autoridad: no hay apego a la ley, a la institucionalidad, quienes deben ocuparse de la fijación de precios justos son quienes los aumentan a diario, léase bien, estos son quienes manejan la distribución (el gobierno desde hace años), instituciones/funcionarios que cobran comisiones a cambio de permitir estos precios, “enchufados” amos del bachaqueo, una economía destrozada por innaturales controles destructivos, entre otros.
Así como la ausencia de autoridad es determinante, los excesivos controles, las leyes impuestas por el régimen, han destrozado la economía venezolana, también destrozaron Pdvsa, la petróleodependencia in extremis del proyecto de Chávez se desmoronó al caer la producción, exponiendo a los productores, comerciantes y pueblo a la inmisericordia de un dólar paralelo que también tiene sus génesis en el gobierno ¿Por qué? son los únicos que reciben, asignan y entregan a quienes ellos quieran las divisas de todos los venezolanos.
Por último, la mal llamada “viveza criolla”, gasolina del Socialismo del Siglo XXI, gran parte de ese “hombre nuevo” aprovechan esta tormenta perfecta de desidia, ineptitud y corrupción para sacar provecho a una coyuntura histórica despreciable. Por eso, esta hiperinflación socialista está llamada ser la peor que ha sufrido la región. @leandrotango
Leandro Rodríguez Linárez
