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Juega mal, comete errores y no liga nada, un combo fatal para Estudiantes

Por MARTÍN CABRERA
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Ya nadie esconde el problema. Los fanáticos, los oficialistas, los contras, los que barren el Country, los hinchas de siempre y los ocasionales. Estudiantes está transitando una tormenta de la cual se le está haciendo cada vez más difícil salir. Por eso hay preocupación por el presente, pero mucho más por el futuro. Está a un pasito del último lugar de la tabla y el Promedio del próximo torneo es un tormento.

El Pincha ayer empató 1-1 contra Atlético Tucumán, un resultado que pudo ser triunfo si no se producía la distracción al minuto 42, que le permitió a Guillermo Acosta llegar hasta el fondo de la cancha y tirar un centro para que Rodrigo Aliendro, sin marca, empatara el encuentro. Y cambiara el balance ciento por ciento.

El partido se puede analizar desde dos lugares. Desde lo estadístico el equipo volvió a sumar un punto en Superliga después de casi un mes y medio (desde el 2-2 contra Indepediente, el 2 de septiembre), tuvo al borde del nocaut al escolta del puntero Racing (uno de los tres invictos) y mostró un paso adelante respecto a la pasadilla vivida en Tigre. Pero en el análisis técnico el equipo volvió a jugar mal, se equivocó mucho en jugadas clave, fue ingenuo y no tuvo una voz de mando como para controlar el partido. Para colmo, los cambios no fueron una solución. Por eso se le escaparon los tres puntos a falta de poco tiempo, cuando el beso a la Vieja en su día iba a ser más ruidoso.

Estudiantes jugó un pobre primer tiempo. La pareja de doble cinco tardó en hacer pie. Tanto Braña como Gómez se vieron desbordados y, con poco, el Decano complicó. Mucho toque corto y rotación, más la picardía de sus delanteros para complicar las cosas. Primero Acosta remató afuera y luego Mariano Andújar le sacó un remate de gol a Leandro Díaz.

Al Pincha le costó tener la pelota y mucho más generar juego. Nahuel Estévez sufrió jugar recostado sobre la banda derecha y Matías Pellegrini casi no pudo con la marca de San Román. Dependió de Lucas Rodríguez, que poco pudo hacer tan solo en un mediocampo dinamitado. Igual, a los 15 minutos reventó el travesaño y en el minuto final remató a las manos de Lucchetti.

Lo mejor de Estudiantes se vio en el arranque del segundo tiempo. El ingreso de Bautista Cejas por el lesionado Pellegrini le vino bien. Porque el Tuta, con su desorden, fue importante desde la punta izquierda. Por allí rompió a los 6 minutos y habilitó a Iván Erquiaga, quien tiró el centro en el gol. Fallaron los centrales y por el segundo palo apareció Estévez, para marcar su primer tanto y hacer llorar a su mamá en la platea.

Ese gol, el mano a mano que desperdició Mariano Pavone y un buen desborde de Facundo Sánchez por derecha que no pudo conectar Cejas fueron jugadas asociadas de Estudiantes, que sufrió su falta de fútbol y la falta de jugadores de jerarquía. Pero también algo de suerte para liquidar la historia.

Hasta que a los 20 minutos se produjo la jugada quiebre del encuentro. Por doble amarilla y tras una acción poco inteligente en la mitad de la cancha se fue expulsado correctamente Estévez. El equipo se quedó con 10 hombres y desde entonces volvió a perder el control del partido. Benítez mandó a la cancha a Campi, probó con una línea de cinco jugadores sacando a Tití Rodríguez, el único jugador capaz de tener la pelota. A falta de 10 minutos salió Pavone y en su lugar ingresó Francisco Apaolaza. Este cambio también pareció equivocado.

Atlético manejó la pelota (69% a 31% en la general) y probó por todos lados. Por arriba chocó contra Andújar y los centrales. En la derecha se topó con un mejorado Facundo Sánchez. Pero cerca del final se distrajeron en la izquierda y Guillermo Acosta llegó hasta el fondo, tiró un centro al punto del penal que aprovechó Rodrigo Aliendro, sin marca. Gol, empate y decepción.

El Pincha necesitaba los tres puntos. Es verdad que no hizo méritos como para ganar, pero estuvo muy cerca de conseguirlos. Por eso la bronca fue mayor. Pasan las fechas y el equipo no aparece. Ahora se le avecinan dos finales. Si no es buena la cosecha, en una semana estaremos hablado de otra cosa.

Ocho
partidos sin ganar Después de derrotar a Boca, por la segunda fecha de la Superliga, el Pincha cosechó tres empates y cinco derrotas. A saber: caídas contra Belgrano, Gremio, Aldosivi, San Lorenzo, Tigre e igualdades ante Luján, Independiente y Atl. Tucumán.

Dos
partidos se avecinan Pasado mañana jugará contra Newell’s y el domingo visitará a Banfield.