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Los chicos de los barrios vulnerables toman la mitad de la leche que necesitan

Por: Omar Giménez
 

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Los chicos de los barrios vulnerables platenses están tomando la mitad de la leche que necesitan para crecer sanos. Esa es la principal conclusión de un relevamiento realizado por una ONG local en distintos barrios de la periferia. Del trabajo también se desprende que, en cada vez más hogares, la leche se reemplaza por productos más económicos, como el mate cocido o el té.

Los datos preliminares del relevamiento, que lleva adelante La Plata Solidaria en barrios como El Mercadito, San Carlos, Los Hornos y Altos de San Lorenzo, se dan a conocer en momentos en que la crisis lechera a nivel nacional está en boca de todos, con aumentos de hasta el 40% en los lácteos entre marzo y abril y escasez de las marcas más económicas en las góndolas. No obstante, los autores del trabajo, que comenzaron a desarrollarlo hace alrededor de un mes, hablan de una situación persistente, que se fue agravando en los últimos meses.

“Decidimos hacer este relevamiento ante la creciente demanda de leche por parte de los chicos en escuelas y merenderos de la zona de El Mercadito, La Bajada y La Unión”, dice Pablo Pérez, coordinador de La Plata Solidaria, quien agrega que, más tarde, el trabajo se extendió a Los Hornos, Altos de San Lorenzo y San Carlos, donde se obtuvieron datos “iguales o peores” que actualmente se están procesando.

Para los especialistas en nutrición, que los chicos de los barrios vulnerables estén tomando la mitad del mínimo de leche recomendado (se sugieren dos tazas por día por lo menos y la mayoría de las familias consultadas dicen que están tomando sólo una) es un hecho por demás preocupante. Lo fundamentan en que la leche es la principal fuente de calcio en la edad del crecimiento. Y una ingesta insuficiente de lácteos “tiene un impacto negativo directo en el desarrollo óseo”.

Agregan que tomar menos leche que la indicada también genera un déficit de vitamina D, compuesto que se relaciona con la protección contra las infecciones (ver aparte).

el relevamiento

Los barrios El Mercadito, la Bajada y La Unión, ubicados en las inmediaciones de la autopista La Plata-Buenos Aires, se caracterizan por compartir una larga lista de carencias. A la falta de servicios esenciales se suma el hecho de estar emplazados en tierras inundables. La mayoría de sus habitantes está desempleado y la recolección de cartones es una de las principales actividades que sostienen a familias casi siempre numerosas.

En esos barrios, y a partir de la inquietud transmitida por maestras de la zona que notaban que los chicos no estaban tomando leche en sus casas, La Plata Solidaria consultó a 22 familias y 68 chicos de entre 6 y 12 años sobre el consumo de leche.

Los datos obtenidos son contundentes, dicen en la entidad: el 63 % de las familias afirmó que “no compra más leche, habiéndola sustituido por mate cocido o té”, mientras que el 68 % de los niños considerados “reciben su único vaso de leche en comedores, merenderos y escuelas de la zona”.

Según Pablo Pérez, “en las entrevistas personalizadas vemos con preocupación que la leche ha dejado de ser objeto de consumo y los niños, básicamente de entre 6 y 12 años, reciben su única copa en la escuela y merenderos”.

Los relatos recopilados por los integrantes de la ONG hacen hincapié “en la imposibilidad económica de acceder al producto” que en estos barrios oscila entre los 43 pesos (sachet) y 65 pesos ( la caja de leche larga vida)”.

Si uno considera que la principal fuente de ingresos de estas familias es el cartoneo, que puede dejar un ingreso promedio diario de 250 pesos, para comprar la cantidad necesaria de leche para todos sus hijos, deberían destinar sólo a ese propósito hasta el 70% de sus ingresos.

Desde La Plata solidaria destacan que, de la mano de esta situación, surgió en los últimos meses una nueva clase de merenderos, que “se caracterizan por ser espontáneos, no responder a organizaciones sociales ni políticas, sino que están impulsados por familias del mismo barrio que están económicamente un poco mejor y tratan de ayudar a las otras”.

Si bien estas conclusiones derivan del trabajo realizado en El Mercadito, La Bajada y La Unión, donde viven alrededor de 1800 vecinos (“aunque el número no es preciso, ya que nunca se hizo un censo de estos barrios, que es una de las medidas que pedimos para implementar políticas más eficaces”, dice Pérez) en La Plata Solidaria extendieron el relevamiento más tarde a otros barrios, como San Carlos, Los Hornos y Altos de San Lorenzo, donde encontraron hasta ahora “situaciones similares o peores”.

Desde La Plata Solidaria indicaron que llevarán los resultados de estos relevamientos a autoridades municipales para pedir que se refuerce la provisión de leche en escuelas y merenderos del barrio.

De los chicos de los barrios consultados sólo toman una taza de leche por día, cuando el mínimo indicado por los nutricionistas es de dos tazas diarias. A su vez, el 63% de las familias consultadas reconocieron que dejaron de comprar leche y que la reemplzaron por té o mate cocido.