En la misma portería que marcó su primer gol con el Barça anotó Leo Messi el 400. Del Albacete, que encajó el 2-0 el 1 de mayo del 2005 al Eibar, también el momentáneo 2-0, han pasado menos de 14 años. Valbuena se llamaba aquel portero que pasó a la historia y Riesgo será el nombre de tan redonda cifra hasta que el astro alcance otra suma emblemática.
El simbólico tanto que coronaba el cuarto centenar empezó en el propio Messi aunque, curiosamente, de un pase fallido que interceptó Arbilla. Luis Suárez, que estaba al quite, desempeñando esa función oscura y gris pero necesaria de presionar al rival intentanto forzar su error, le robó la pelota al defensa del Eibar y se la cedió a su amigo, que se internó, condujo el balón brevemente con la pierna izquierda y tiró cruzado, lejos del alcance del meta eibarrés.
Messi ha necesitado 435 partidos para alcanzar esos 400 goles, lo que arroja un promedio cercano al gol por partido. Ya había batido el récord goleador histórico de la Liga que estuvo en poder de Telmo Zarra desde 1955. El legendario ariete del Athletic marcó 251 goles en 277 partidos. Pero Messi en noviembre del 2014, superó la cifra marcando tres goles al Sevilla (5-1). Se fue del Camp Nou, aquella noche, con 253 goles en 289 encuentros.
El nuevo registro del azulgrana, que irá progresando en las próximas temporadas (Messi tiene 31 años) tardará décadas en ser batido. El perseguidor más inmediato es Cristiano Ronaldo, que se marchó del Real Madrid el pasado verano con 311 goles. En activo, en la Liga, solo está Aritz Aduriz, con 157 goles. El delantero del Athletic cumplirá 38 años en febrero.
