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Al PSOE lo corrompió Felipe González, lo radicalizó Rodríguez Zapatero, y lo «dinamitará» Pedro Sánchez

Por José L. Román.- Susana Díaz ha sido designada para que intente salvar lo insalvable. Lo que hoy le sucede al partido socialista, pasa por recordar que lo corrompió Felipe González, lo radicalizó Zapatero, y seguramente lo “dinamitará” Pedro Sánchez. La grave patología que padece el PSOE, no ha sido contraída hace escasamente unos años como consecuencia del escándalo de los ERE,s en Andalucía, sino que se ha ido agravando con el tiempo tras una cadena interminable de corruptelas dentro del partido que tuvieron comienzo en 1982, y que provocaron la llegada al poder del PP en 1996.

Pero, es que además, no hay que olvidarlo, al partido socialista se le presentó un negro inconveniente: los socialistas vascos y catalanes, a quienes los distintos gobiernos socialistas de la nación, por aferrarse a la Moncloa, les otorgaron cotas de poder a costa de la unidad de España, no solo la geográfica sino también la económica, gracias al separatismo impulsado por Patxi López que llegó a presidir el gobierno vasco gracias a los votos del PP, y al ínclito Pascual Maragall, ante quien los presidentes del gobierno de España se pusieron de rodillas, se bajaron los pantalones, y le abrieron las puertas de la Moncloa con honores de Jefe de Estado.

Pero hay más, porque para entender el agravamiento de esta especie de gangrena que sufre el PSOE, habría que añadir también la guerra sin cuartel declarada a la Iglesia y a los católicos españoles discriminando descaradamente a los matrimonios naturales hombre/mujer, y la incorporación como extrema preocupación política a los gays y lesbianas, autoproclamándose valedores e interlocutores en exclusiva de todas sus reivindicaciones. Para ello, lanzaron a la calle un retrato que no sólo afectaba a la moral, sino que ponía lo estético al nivel de lo más estrictamente parecido a una zahúrda y el más bajo concepto de belleza y de falta de higiene. Una fotografía que reflejaba un mundo agresivamente sodomizado, que no sólo aspira a que se le reconozcan sus cacareados derechos, sino que pretende extender la sodomía hasta el último resquicio de nuestra juventud.

Después promovieron la adopción de menores por parejas del mismo sexo. Entonces, destacados especialistas en medicina y psiquiatría avisaron de la tremenda equivocación que se podía cometer respecto a las adopciones: Una pareja del mismo sexo, hombres o mujeres, que carnalmente viven unidos, sólo se preocupan de ellos, sin atender a nada de lo que les rodea. Es un mundo cerrado, egoísta, que se defiende con uñas y dientes, y al que absolutamente nada le importa el estado moral, anímico o personal de otros.

En resumen, con la llegada de los socialistas al poder, algo muy grave comenzaba a promoverse en una sociedad cuyo factor político más preciado era no perder lo que hoy se viene en llamar el pulso social, y que, para “la casta” en general, consiste en decir, si es necesario, que han visto un burro volar; que dos y dos son cinco y, como decía Suárez, a legalizar todo lo que esté en la calle porque en la calle está.

Por lo tanto, el problema del PSOE no es sólo Pedro Sánchez como nos quieren hacer creer. Bajo mi humilde opinión, el virus que ha provocado la grave patología que sufre el partido no lo contrajo quien hoy le disputa a Susana Díaz la secretaría del partido; no, el virus se lo contagiaron a él. Pedro Sánchez, recuérdese, fue como un “hijo” para los que hoy reprueban su conducta. Y aquellos “padres”, que tan bien le adoctrinaron, deberían recordar la célebre conversación en la que un padre le decía a su hijo, mientras daban un paseo por el campo:

-Ten cuidado por donde caminas

Y el hijo le respondió:

-Ten cuidado tú, recuerda que yo sigo tus pasos.