Por Luys Coleto.- Ante la probable decisión del Supremo yanqui de dar la victoria a Trump por flagrante pucherazo, violencia cada vez más descarnada. Los votantes republicanos, linchados. En mitad de la calle, patadas en la cara y en la espalda, insultos, escupitajos, coros alrededor de las víctimas, empujones y lanzamiento de cristales. La libertad parece ser cosa del pasado en Usa. Y en el mundo entero. Y Biden calla.
Si defiendes a Trump, te juegas literalmente la vida
Encapuchados y cubriéndose con pañuelos, tan valientes, les tiran objetos y les gritan. A muchos les queman la bandera. Cualquier cosa que te identifique con el presidente estadounidense – distintivo, camiseta o gorra donde se lea, por ejemplo, MAGA (Make America Great Again), Trump, o simplemente, ondee una enseña nacional estadounidense – brutal odio de la chusma, cada vez más peligrosa y enloquecida. Literalmente desatada. Y no olvidemos que los demócratas forman parte de la financiación económica de Black Lives Matter a través de su Fundación Act Blu. Y Biden calla.
Miles de personas salen a protestar contra lo que consideran ya un flagrante caso de fraude electoral. En Washington DC, la protesta pacífica, el ambiente festivo. Unas horas después, sin embargo, por la tarde, los seguidores de Trump sufren salvajes agresiones. Y, desde luego, continuas tundas. Pocos pueden ya salir a denunciar lo que creen que es una flagrante injusticia electoral. Prevalece el terror y la ley del silencio. Y Biden calla.
