Los lazis (acrónimo de lazo y nazi), junto con otras asociaciones -mal llamadas- culturales, tenían previsto boicotear los Juegos del Mediterráneo. El objetivo pretendía desplegar distintas pancartas con mensajes contra el Rey de España al que se le acusaba de fascista y se le instaba a pedir perdón a «los catalanes». Igualmente, se preveía proferir consignas -de forma organizada- en favor de la independencia y de la libertad de los políticos presos.
Sin embargo, la organización consciente de lo que se preparaba, prohibió la venta de entradas a determinados colectivos, conocidos por sus actividades desestabilizadoras.
Los lazis tuvieron que improvisar
Los nacionalistas tuvieron que improvisar acciones para recobrar protagonismo. Así, una treintena de lazis (autodenominados CDR), ocuparon en la mañana del viernes la sede de la Conselleria de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, en el paseo Taulat de Barcelona, para reivindicar una «independencia efectiva».
Los representantes de la acción reivindicativa llegaron al departamento liderado por Chakir El Homrani, de origen marroquí, con el objetivo de reivindicar la república catalana: «Si nosotros desobedecemos desde la calle, vosotros desobedeced desde el Govern. Basta de excusas, basta de renuncias. Independencia efectiva ya».
El fracaso de las acciones desestabilizadoras de los lazis ha provocado que sus portavoces se lancen al degüello a través de sus portavoces en radios y televisiones del régimen.
Pilar Rahola, vocera de lazis y xenófobos
En este sentido, Pilar Rahola -comunicadora a sueldo del Govern- ha asegurado hoy lunes, en varias emisoras propiedad de la Generalitat, que: «La inauguración fue un fracaso porque ni había público ni libertad de expresión. Las asociaciones de castellers no pudieron asistir porque les decían que todas las entradas estaban vendidas. Y luego ves las gradas vacías. Fue todo un desastre. Aunque desde luego, los cuatro gatos que había no pararon de abuchear al Rey».
La realidad demuestra que ocurrió lo contrario de lo que pregona la xenófoba colabora habitual de TV3, Pilar Rahola. Quim Torra se revolvió en su asiento al encontrarse con un buen número de banderas de España, una sonora pitada y gritos de desaprobación a sus ideas racistas por parte del público asistente. Su Majestad el Rey Felipe VI, por su parte, reflejó el estado de ánimo de los asistentes y saludó al presidente de la Generalitat de forma fría y distante.
Los deportistas felices
Expertos en seguridad han declarado a Noticiero Universal que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han realizado un trabajo impecable porque «han conseguido abortar de forma absolutamente discreta un nuevo intento de politización y desestabilización de un acto deportivo e institucional con repercusión internacional.»
En el mismo sentido, se han pronunciado algunos deportistas participantes en el acto que han pedido mantener su anonimato: «Nosotros somos deportistas y nos gusta el deporte. No queremos que nadie politice o se apropie de un acto que tiene que ver con la cultura del esfuerzo, la unión y el trabajo en equipo: todo lo contrario de lo que intentan defender algunos.»
