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Trapero reniega de Puigdemont y tacha el procés de “barbaridad”

El ex mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero se ha presentado este lunes en la Audiencia Nacional, -tribunal donde desde hoy se le juzga por un supuesto delito de rebelión-, desmarcándose del Govern Puigdemont-Junqueras; y negando cualquier relación con el proceso secesionista de Cataluña. Trapero ha defendido en todo momento la labor de los Mossos durante las jornadas del 20-S y el 1-0 y ha calificado las llamadas ‘leyes de desconexión’ aprobadas por el Parlament como «una barbaridad más de las muchas que se estaban haciendo» en el procés.

Su relación con el procés

Pese a figurar en diversos documentos incautados por la Guardia Civil a varios impulsores del procés, el ex mayor de los Mossos, ha asegurado que no tuvo «relación alguna» ni con Josep Maria Jové -ex número dos de Oriol Junqueras, al que la Fiscalía atribuye un papel clave en la organización del 1-O- ni conocimiento del documento denominado «Enfocats», que supuestamente diseñaba una hoja de ruta unilateral hacia la independencia: «La primera vez que he oído hablar de ello es en la lectura de mi causa».

En un tenso interrogatorio practicado por el Ministerio Fiscal, que pide para él 11 años de prisión, Trapero también ha querido desvincularse del expresidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, con quien ha afirmado no tener una relación personal «ni buena ni mala»; ni tampoco «estrecha». A preguntas del Fiscal, Miguel Ángel Carballo, el ex jefe de los Mossos ha negado que Puigdemont tuviese nada que ver con su ascenso a mayor, cargo que llevaba casi una década vacante y para el que fue promocionado y que ocupó en abril de 2017, medio año antes del referéndum ilegal del 1-O. Según Trapero, Puigdemont «ni lo sabía» cuando el entonces director de los Mossos Albert Batlle -que ha sido citado como testigo en el juicio- planteó en enero de 2016 la necesidad de recuperar la figura del mayor para «dignificar» el cargo del máximo mando de la policía autonómica.

Según Trapero, desde el Govern tan solo le sondearon en una ocasión, en septiembre de 2016, para saber cómo actuaría su cuerpo ante un eventual referéndum unilateral. Fue el entones secretario del Govern de Carles Puigdemont, Joan Vidal de Ciurana, quien le citó al Palacio de la Generalidad en septiembre de 2016, más de un año antes del referéndum del 1-O. Trapero puso esa cita en conocimiento de Jané y de Batlle, que le autorizaron a acudir a ese encuentro, en el que el secretario del Govern le preguntó, cuando ya se estudiaba la convocatoria de un referéndum de independencia, dónde estarían los Mossos si se generaba una «doble legalidad». «La doble legalidad no existe», respondió Trapero, que también dejó claro al secretario del Govern de Puigdemont que los Mossos d’Esquadra harían «siempre» lo que dijeran los jueces y que lo cumplieron. «Hicimos lo que se nos ordenó en cada momento», ha zanjado.

El 20 de septiembre

Trapero ha defendido el dispositivo de los Mossos en la jornada «excepcional» del 20-S de 2017, en que optaron «en todo momento» por evitar que se les «escapara de las manos» la situación en la protesta contra el registro en la sede de Economía. Trapero ha negado «pasividad» en la actuación de los Mossos y ha justificado su estrategia de intentar evitar que la intervención policial generara un mal mayor, al tiempo que ha negado que el exlíder de la ANC Jordi Sànchez impusiera condiciones al dispositivo policial.

«Si nos equivocamos, no lo sé, pero, si se nos hubiese escapado (la situación) de las manos, a lo mejor lo estaríamos lamentado», ha apuntado Trapero, que ha asegurado que actuaron «con la mejor de las voluntades» y ha lamentado que la Guardia Civil no les avisara de que ese día iban a practicar más de 40 actuaciones simultáneas que requerirían la movilización de efectivos de orden público. En cuanto se supo que se estaban produciendo concentraciones -a las 8.30 había ya congregadas 300 personas frente a la Viceconsejería-, Trapero ha indicado que se enviaron patrullas de la Unidad de orden público.

Sobre la legalidad de esas concentraciones -que terminarían destrozando dos coches de la Guardia Civil y obligaron a la secretaria judicial a salir de la Consejería por el tejado- ha asegurado que desconocía si estaban o no autorizadas y también ha dicho que tampoco supo de los llamamientos a concentrarse a través de las redes sociales para impedir la labor de la comitiva judicial.

Sobre el papel de Jordi Sànchez, con quien intercambió 47 llamadas a lo largo de ese día, el ex mayor ha indicado que «era una de las voces cantantes de la independencia, porque sale por la tele cada día», pero ha dejado claro que no impuso «ninguna condición» a la policía en su dispositivo el 20S. Según Trapero, Sànchez «no es nadie para imponer condiciones». «Creo que no lo pretendió, al menos con las comunicaciones que tuvo conmigo. Una persona que representa a una entidad que hace una concentración no pone condiciones a la policía. Ni en ocasiones anteriores ni en esa», ha puntualizado el mayor.

El 1 de octubre

Con igual determinación, Trapero ha defendido la actuación del cuerpo de los Mossos durante la jornada del 1-O. El ex mayor ha insistido que los Mossos llevaron a cabo todas las actuaciones que pudieron para impedir o paralizar el referéndum, tanto de oficio como ordenadas por la administración de justicia «Hicimos lo que se nos ordenó en todo momento».

El fiscal ha inquirido a Trapero por los motivos por los que permitieron la ocupación de numerosas de las escuelas que iban a acoger el referéndum, limitándose a levantar acta. «No entendimos que eran actividades preparatorias del referéndum», ha contestado el mayor.

Trapero ha argumentado que los Mossos entendieron que la orden judicial de precintar las escuelas no «facultaba» a la policía catalana a desalojar los centros antes del día 1 y se ha escudado en lo «difícil» que resultaba «distinguir» entre las actividades educativas y lúdicas y las relacionadas con el 1-O. «Lo que hicimos fue lo que entendíamos que nos ordenaba aquella orden judicial; no sé si equivocadamente o no, pero voluntariamente equivocadamente, no», ha insistido Trapero, que ha recordado que otros cuerpos policiales tenían «exactamente» la misma orden.

Trapero ha afirmado que le «incomodó mucho» que el ejecutivo de Carles Puigdemont siguiera con los preparativos del 1-O y que él hizo lo que estaba en su mano, ya que mostró su disconformidad a sus jefes políticos en Interior para dejar claro que los Mossos cumplirían las órdenes judiciales para impedir el referéndum. El mayor ha recordado que se reunió en varias ocasiones con el exconseller Jordi Jané, y con su sucesor Joaquim Forn, así como con el exdirector de los Mossos Albert Batlle para mostrarles su «incomodidad» por el papel del gobierno de Puigdemont, preguntarles «qué estaban haciendo, dónde iban» y dejar claro qué harían los Mossos.