Inicio Venezuela La estabilidad y la paz

La estabilidad y la paz

Un país no puede resolver sus problemas, y mucho menos si son tan graves como los actuales en Venezuela, si no logra alcanzar cierto nivel de estabilidad política, que permita trabajar en un ambiente donde exista la tranquilidad necesaria. Alcanzar un nivel básico de estabilidad es entonces una condición para lograr la paz, lo que no significa la desaparición de las luchas por el poder, sólo que deben desarrollarse de una manera, si se quiere, civilizada. Se necesita de estabilidad y paz para tratar de satisfacer las necesidades de la nación e impulsar su progreso, entendido éste incluso nada más como superación de la miseria, la ignorancia y la mejoría sostenible de las condiciones de vida de sus integrantes. En conflicto permanente no hay posibilidad de lograr estas muy básica metas de toda sociedad.
Es imposible alcanzar estabilidad y paz en un país dividido en dos fracciones numerosas que aparecen como irreconciliables, a pesar de que sus programas económicos y sociales no son para nada antagónicos. No se puede pretender aplastar al contrario, si éste tiene las fuerzas necesarias para no dejarse. Y esta afirmación está dirigida tanto al Gobierno como a la MUD. No están enfrentados porque tengan un diseño distinto de país, que sea contradictorio con el proyecto del adversario. Están enfrentados porque las cúpulas de ambos sectores quieren el poder y rechazan la alternabilidad política constitucional. Luego de casi 19 años de gobiernos chavecistas, Venezuela sigue siendo un país pobre, ignorante y atrasado. Sigue siendo capitalista, subdesarrollada y dependiente. Sigue vendiendo materia prima.
El socialismo gubernamental es propagandístico, utilizado como fórmula demagógica para decir que es el gobierno de los pobres, de los explotados, de los ignorantes, de los marginados, de quienes trabajan con sus manos. La acusación de comunista que le hace la MUD es también propagandística, pues busca estremecer los sentimientos de los grupos más conservadores y atrasados nacionales e internacionales. Esta apreciación es comprobable en la práctica social de estos 19 años y, más aún, si establecemos comparaciones con los gobiernos de 1958 para acá. Empresas estatizadas ha habido siempre y mejoras sociales transitorias, no sostenibles, también hemos tenido: tanto con Chávez como con Carlos Andrés Pérez I.
Es posible por lo tanto llegar a acuerdos, restablecer la estabilidad política y lograr la paz. Parecía que se había avanzado. La inacción casi total de la ANC y la realización de elecciones de gobernadores así lo prometían. Pero, vuelta atrás. El Gobierno gana las elecciones tramposamente, pues no está dispuesto a permitir la alternabilidad en el poder. Quiere mantenerse aun sin respaldo electoral, para lo cual actuó fraudulentamente como nunca en las elecciones recientes. Bastan sólo los casos de Bolívar y de Miranda, donde el fraude fue más que claro, para no confiar en próximos procesos. Y no estoy diciendo que los 18 meses de locuras de la MUD no hayan sido determinantes en su derrota electoral nacional, pues le llevó a perder 2,2 millones de votos como castigo de sus locuras e inconsecuencias, pero es imposible no ver un futuro trágico con el comportamiento gubernamental.
Luis Fuenmayor Toro