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Chile, al ballotage: entre la derecha y la izquierda

SANTIAGO

El líder de derecha José Antonio Kast (55) y el izquierdista Gabriel Boric (35), con programas y conceptos antagónicos del futuro de Chile, pasaron ayer a una segunda vuelta presidencial que se definirá el próximo 19 de diciembre.

Kast se imponía con un 27,99 por ciento de los votos, seguido por Boric, con un 25,67 por ciento tras escrutarse el 93,86 por ciento de los votos, informó el Servicio Electoral.

Tal como ocurre en Chile desde 1999, la elección se definirá en segunda vuelta ya que ninguno superó el 50 por ciento de las preferencias para suceder al actual mandatario, el conservador Sebastián Piñera, quien pidió “moderación” y “no polarizar” el ballotage.

El populista Franco Parisi (derecha liberal), un economista que vive en Alabama (EE UU) y no ha pisado el país en toda la campaña electoral, quedó tercero con el 12,94 por ciento de las preferencias tras concentrar su proselitismo en las redes sociales. Muy cerca se ubicaron el oficialista Sebastián Sichel con 12, 65 por ciento, y la senadora demócrata-cristiana, Yasna Provoste, con el 11,70 por ciento.

LAS PROPUESTAS

Kast -que compite por el Frente Social Cristiano, un pacto entre dos partidos conservadores- tuvo que explicar durante su campaña electoral algunas de sus controvertidas propuestas de gobierno, como la que pretende derogar la ley de aborto en tres causales, vigente hace cuatro años, y cavar una zanja en la frontera para impedir la llegada de inmigrantes. “La zanja es para un control fronterizo”, explicó, y dijo que los inmigrantes indocumentados van a ser invitados a salir o si no, “en algún momento les vamos a poner transporte”, para que retornen a su país de origen.

El abogado católico -que recientemente dijo que no era un candidato “extremo”- promete recuperar el orden público, achicar el Estado con el despido de 20.000 empleados y rebajar impuestos por hasta 8.800 millones de dólares, entre ellos bajar de 19 a 17 por ciento el impuesto al valor agregado (IVA), el que más recauda; de 27 a 17 por ciento los gravámenes a las empresas; impuesto cero a las pequeñas empresas y rebajas impositivas a quienes ganen entre 400 y 800 dólares mensuales.

Por su parte Boric, que representa a Apruebo Dignidad, una alianza entre el izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista, propone una reforma tributaria para recaudar 8 puntos del PBI, con más impuestos a los súper ricos, a los ingresos mensuales superiores a los 5.400 dólares, “impuestos verdes” y elevar los tributos a la gran minería del cobre, entre otros, así como eliminar las Administradoras de Fondos de Pensiones, (AFP), criticadas transversalmente porque otorgan bajas pensiones.

El más joven de los candidatos también propuso crear un Fondo Universal de Salud para evitar que Chile siga teniendo dos tipos de salud, una de las cuales discrimina por ingresos. También impulsa una reactivación económica que incluya una subvención al empleo femenino y la defensa de los derechos de la población LGBTIAQ+.

Las elecciones de ayer fueron las más inciertas desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con la idea previa de cambiar el modelo “neoliberal” que permitió crecimiento económico y estabilidad política en las tres últimas décadas pero es señalado como el origen de la desigualdad que propició las protestas desde octubre de 2019. Pero también de restaurar el orden y la estabilidad perdida tras las masivas protestas sociales que se iniciaron el 19 de octubre de 2019.

En Chile el voto es voluntario desde 2012 y pueden votar extranjeros con más de cinco años de residencia en el país.

“Representamos el proceso de cambio y transformación que viene, pero con certezas, con la gradualidad que sea necesaria”, declaró Boric al votar en Punta Arenas, su ciudad natal, en el extremo sur.

Por su parte Kast, que después de 20 años de militancia en el ultraconservador partido Unión Demócrata Independiente (UDI) es uno de los fundadores del Partido Republicano, intenta mantener el modelo heredado de Pinochet y promete “orden, seguridad y libertad”.

Varios analistas consideran que estas elecciones cerrarán el viejo ciclo político del país, ya que los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta son ajenos a las coaliciones de partidos tradicionales que han gobernado Chile en las últimas décadas. (AP y AFP)